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01ago2008

¿QUIÉN ES PABLO RAYO MONTAÑO?

De pescador a capo de la droga

Su familia es de Buenaventura, en el Pacífico colombiano. Rayo Montaño se dedicaba a la pesca artesanal hasta que la caída de los capos que se encargaban de transportar drogas por mar le abrió la oportunidad de hacer dinero.
De qué manera el negocio montado alrededor de Nautipesca le permitió una fachada perfecta: un negocio íntimamente relacionado con el mar. Su llegada a Panamá, su auge y su caída. La historia de Rayo como nadie la contó.
Era el año 1998 y Rayo Montaño estaba visitando una casa en la entrada de San Carlos. No sabía si comprarla o no. Le gustaba, pero no tanto. Los vendedores le decían que ese barrio estaba en pleno desarrollo, que en el futuro sería super exclusivo, en fin: intentaban seducir a ese inversionista colombiano que paseaba por los cuartos vacíos sin soltar prenda.
De repente sonó su celular. Rayo se paralizó. Su visión comenzó a desteñirse. Desde Colombia le daban la mala nueva: su hermano mayor acababa de ser asesinado por sicarios. La noticia lo sorprendió: su hermano estaba preso desde 1996 luego de haber caído detenido junto al capo Víctor Patiño Fomeque, por el decomiso de un embarque de cocaína. Por ese caso, el propio Pablo Rayo había sido procesado y por eso, creen los investigadores, se trasladó a Panamá.
Enseguida le explicaron: su hermano había conseguido un traslado de Barranquilla a Cali y eso fue lo último que consiguió: la muerte lo sorprendió mientras viajaba de una prisión a la otra.
Pablo Rayo apagó el celular, no compró nada y se volvió para la ciudad. Pensó en su otro hermano, William, que estaba en La Joya. La PTJ lo había detenido en el hotel Central Park con un cargamento de cocaína escondida en latas de cervezas. El sistema que tenía parecía infalible: la cocaína estaba mezclada con un líquido que, al abrirse la lata, se evaporaba. Cerrado, era indudable que estaba lleno de líquido. Terminó en el pabellón 6 de la Joya. William era el único hermano que le quedaba vivo. Hasta que cumplió su condena, regresó a Colombia y también fue ajusticiado.
Así vivió sus últimos años Pablo Rayo: entre persecuciones, asesinatos, toneladas de cocaína y dinero, rodeado de yates, casas lujosísimas, y hasta submarinos . Una vida a todo o nada, una apuesta constante en favor del riesgo que acaba de terminar con su detención, el pasado martes, en la ciudad de Sao Paulo, Brasil.
Antes
Los Rayo Montaño nacieron en una familia pobre, que vivía en una ciudad pobre como Buenaventura, en el Valle del Cauca, uno de los puertos más importantes de Colombia que sin embargo tiene la tasa de desempleo más alta del país. "Pese que a través de Buenaventura entra y sale el 50% de las mercancías que moviliza Colombia, las condiciones de vida de cerca del 70% de sus habitantes son miserables" publicó ayer el diario colombiano Occidente. También es un municipio violento: en la última semana explotaron 15 bombas.
Buenaventura también es conocido porque fue allí donde nació un joven alto y espigado que con el tiempo se convirtió en un ídolo nacional y el único jugador del municipio que llegó a vestir la camiseta de la selección Nacional de Fútbol: Freddy Rincón.
Lo cierto es que allí, en ese puerto pobre y super activo, los Rayo Montaño se dedicaban a la pesca artesanal. Padre e hijos vivían del mar y depositaban en él todos sus deseos. Hasta que la guerra entre la policía y los transportadores de drogas acabó con la supremacía de los que administraban la salida de drogas por mar desde Colombia: Jorge Aprilla –que manejaba el Pacífico– fue detenido en compañía de una reina de belleza, mientras que Justo Pastor Perafán cayó preso en Venezuela a principios de los 90 y fue extraditado a Estados Unidos –en los 80 había caído con 500 filos de cocaína en Panamá, pero se fugó de la cárcel–.
Pablo Rayo Montaño tuvo una visión: el tenía todo lo que hacía falta para tomar la posta de algunas operaciones. Así fue como se inició en el transporte ultramarino de drogas, la mayoría de las que, por tierra o por mar, atravesaban el territorio panameño.
La caída

Aunque sus hermanos habían sido investigados por la justicia, Rayo siguió operando como si nada. Tenía una organización compartimentada, con un funcionamiento cerrado. Nadie sabía nada que no tuviera que saber y él, en las sombras, se sentía como un titiritero astuto y veloz, que lograba hacer equilibrio en los bordes sin caerse y sin mostrarse. Solo figura en la nómina de la sociedad de bienes raíces "Mi familia amorosa", algo indispensable para conseguir la cédula panameña que le otorgó Migración.
Rayo, desde las sombras, construyó un imperio.
Nautipesca, el mega negocio de Tumba Muerto, fue su centro de operaciones, la fachada tras la que Rayo se sentía seguro. No por nada inauguró su sede trayendo nada menos que a Freddy Rincón, su amigo de Buenaventura. Nautipesca le daba varias ventajas: tenían un negocio que los vinculaba con el mar –hasta organizaban torneos de pesca–. De hecho, para Rayo trabajaban cuatro capitanes que dirigían los embarques aunque no se conocían entre sí. No por nada compraron las tres islas de Portobelo, donde sus barcos recargaban combustible o repartían los cargamentos en embarcaciones más pequeñas para hacer el transporte al continente. En el Pacífico, además, tenían un barco para transportar combustible.
Rayo compró de todo y de todo disfrutó hasta que recibió dos golpes que le hicieron replantearse su estadía en Panamá y que, a largo plazo, terminaron conduciendo a los investigadores hasta su captura. Esos golpes están ligados a la "Operación Estero": en noviembre de 2002, la PTJ se incautó de tres toneladas de cocaína en Chepo. Al otro día, el 7, decomisaron armas de guerra. Y el 8, en una avioneta que venía de México, hallaron 3.1 millones de dólares, dinero que, ahora se sabe, estaba destinado a Rayo. Dos de las personas detenidas terminaron teniendo fuertes lazos con Alberto Torres Martínez, fundador de Nautipesca, a través de otras dos personas, que trabajaban para Rayo y compartían vivienda con los detenidos. Es más, desde Nautipesca pagaron parte de las casas que ocupaban, una en Paitilla y otra en Brisas del Golf.
Un mes antes de la "Operación Estero", sin saber que su vida estaba por ingresar en la curva descendente de la risa, Rayo celebró una fiesta a todo vapor en el complejo Camping Resort. Había comida, bebidas y chicas para los invitados.
Hasta que en los primeros meses de 2003, la policía, siguiendo pistas que se desprendieron de la "Operación Estero", allanó una casa en Gorgona que, aunque no estaba a su nombre, era suya. Fue entonces cuando abandonó Panamá, recordando su infancia, en un buque de pesca.
Lo curioso es que en esa casa de Gorgona, en marzo de este año, cuatro policías fueron detenidos en una supuesta fiesta, aunque otras fuentes dijeron que buscaban 8 millones de dólares que, creían, estaban enterrados bajo la piscina.
Pablo Rayo Montaño sigue preso en Sao Paulo. Todo indica que será extraditado a Estados Unidos.
Propiedadesde la red
.ISLOTES: Las Tres Marías, islas situadas en el caribe panameño, aledañas a Portobelo.
.INMUEBLES: Cerca de 12 apartamentos y 18 casas.
.BARCOS Y YATES: Por lo menos 8 embarcaciones, entre estas: el Halcón Panamá –para 100 pasajeros– y un tanquero.
.HOSPEDAJE: Un aparta-hotel en Panamá.
.EMPRESAS: Cuatro locales de pesca y cerca de 12 sociedades anónimas y compañías.
.CARROS: Al menos 34 automóviles.

1 comentarios:

1
Unknown dijo...

Ignorante Freddy el único jugador que se ha puesto la camiseta de la selección maravilla gamboa marino Klinger tren Valencia Víctor campas 70 porciento son miserables no hablé hable de lo que no conoce

 
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